Una experiencia piloto en un pinar de cinco propietarios de Castroverde y otra en Friol fueron las primera iniciativas que se dieron a conocer en la provincia de Lugo en la actividad de extracción de resina. Se trata de un trabajo duro, estacional, para el que hay que formarse para no causar daños al árbol y que podría permitir una renta anual de 19.500 euros a un autónomo que explotara 6.500 pinos, según asegura Érika Martínez. Esta ingeniera de montes y gerente de la empresa Letme Soluciones, está tratando de promocionar esta profesión como generadora de empleo, de riqueza y de fijación de población al rural. La suya es una de las dos empresas en Galicia especializadas en esta actividad, junto con Alternativas Forestais, que regenta Raúl Vilela. Posiblemente no sean las únicas, si se cumplen las expectativas de crecimiento, que van a ir acompañadas de la investigación en este campo, con la creación recientemente de un grupo operativo que trabajará en las claves para la producción conjunta de madera de calidad y de resina.

Han pasado ya dos años y medio desde que empezaron a trabajar los resineros pioneros -algunos ya comenzaron hace cuatro años- y actualmente en la provincia media docena de personas, que se conocen entre sí y trabajan coordinadas, se dedica a esta actividad. Operan en montes de Friol, O Vicedo, Viveiro y Mondoñedo. Algunos de ellos pertenecen a la segunda generación laboral y aprendieron con la primera en algunos de los cursos de formación que están impartiendo los concellos.

Los primeros

En la provincia de Lugo están extrayendo la secreción orgánica de los pinos y formando a quienes se incorporan a esta tarea Francisco Domínguez, que trabaja en O Vicedo, Loiba y Viveiro y que empezó en la zona de Castroverde; José Antonio Puga, un autónomo, el más veterano del grupo, lleva la zona de Friol, donde comenzó la comunidad de montes de Carballo, que ahora no está muy activa en este campo.

A los lucenses se suman otros tantos resineros repartidos por otros puntos de Galicia: Loiba, Porto do Son, Boiro, Campo Lameiro, Caldas de Reis o Maceda: Xián Santos, Roberto Touzas, Edgar Fernández, Víctor Figueira y Dalia Sendón, la segunda mujer en Galicia que se dedica a esta actividad. La primera fue Érika Martínez, que se formó en Segovia con los profesionales más experimentados.

De los 2.500 kilos de resina que empezaron a recoger hace cuatro años, la pasada campaña consiguieron 45.000 kilos, que les compra una compañía segoviana, que se incorporó al grupo de colaboradores en la investigación con la universidad.